Las impresoras laser nacieron como una solución para poder afrontar grandes producciones a gran velocidad, mucho mayor que la de las impresoras del momento. Un aspecto a no dejar de lado también era la calidad de la impresión, que debería cumplir los más altos estándares impuestos hasta la fecha.
Aquí nace una de las principales ventajas que tienen las este tipo de equipos ante las impresoras de inyección de tinta; si lo que buscas es producción masiva, las impresoras laser son mucho más convenientes por el menor precio de sus consumibles. Hay que tener en cuenta, de todas formas, que ese ahorro sólo podrá notarse al tiempo y en el caso de que efectivamente se trabaje con grandes volúmenes, ya que el precio de la impresora es sustancialmente mayor.
Cómo funciona una impresora láser
Lo primero que hace la impresora es analizar el documento que se le envía. Cada línea de puntos horizontal en una página debe ser tomada por separado para que la impresora pueda enviar las órdenes específicas para que el documento se imprima correctamente. Este proceso lo realiza un dispositivo interno que va decodificando el documento enviado y lo va transformando en un mapa de bits que almacena internamente. Una vez que toda la página esta decodificada y almacenada, la impresora puede empezar a enviar el flujo de líneas de puntos en forma continua.
La impresora cuenta con un cilindro rotatorio, que se llama tambor, formado en su mayor parte por un material conductor y recubierto con una capa de material fotoconductor. Al imprimir, este tambor gira en torno a su eje, y alrededor se sitúan los demás componentes.Entre ellos se encuentra el cargador, cuyo trabajo es el de cargar eléctricamente de forma uniforme a la superficie del tambor.
Luego aparece el laser, que se encarga de iluminar las zonas de la imagen que no serán imprimidas, dejando carga sólo en aquellos puntos del tambor que corresponden a puntos de impresión en el papel. Recorre la superficie del tambor y deja la carga correspondiente para la cantidad de tóner necesario en cada punto.
A continuación aparece el agitador de tóner, que básicamente lo que hace es hacer un baño de tóner al tambor. Por ciertas cualidades magnéticas de este tóner, el mismo es atraído por los puntos cargados. A este paso se lo llama revelado.
El proceso continúa cuando el tambor aplasta contra el papel a imprimir el tóner que tiene adherido, lo que causa que gran parte del mismo se mude al papel, cargado eléctricamente por distintos procesos de rozamiento. El tóner y la carga restante en el tambor se limpian con un componente llamado limpiador.
Por último, el papel impreso pasa por el fusor y el rodillo de presión que se encargan de fundir y fijar el tóner al papel.
¿Me conviene una impresora láser?
Como escribía más arriba, una impresora de este tipo es ideal si la vas a usar para trabajos grandes. La calidad de impresión es muy superior y la velocidad también está en otro nivel con respecto a las de inyección de tinta.
Por otro lado, también es verdad que el precio del dispositivo es bastante más caro, y que solamente se justifica si se van a usar constantemente todas las características con las que cuenta. Para una oficina es la herramienta perfecta para no tener que pelear contra largas pérdidas de tiempo en impresiones o contra elevados precios de consumibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario